domingo, 7 de junio de 2009

Lo lineal y aquellos encuentros.


Habrá algo en lo lineal de la vida que en verdad nos desespera? Con el paso del tiempo creo que uno puede llegar a creer que la costumbre nos hace perder el control. Pero la verdad es que no sé en que momento lo completamente lineal (o costumbrista) es la explicación o la solución a las interrogantes de por qué algo no anda bien.

En verdad muchas veces la estabilidad se basa en tener todo bajo control. Cuando ese dominio de las cosas no es más que un devenir tranquilo y basado en el reflejar estar bien. Cómo así: Me tomo un trago donde quiero, cuando quiero y con quien quiero. Tremendísimo error. Pago mis cuentas y cada vez asumo más responsabilidades económicas. Deficiente tranquilidad. Llego a fin de mes. No exige más explicación.

Claro que me tranquilizo cuando por lo menos una de esos conceptos básicos se cumple, pero cuanto más hay que se escapa por las hendiduras de aquellas trincheras. Uno toma todo fuertemente entre las manos y aprieta los dedos religiosamente cuidando que nada escape, pensando a la vez que todo esto junto hará la base de esas “otras cosas” que han de llegar tarde o temprano. Porque es natural y así es la vida.

Acá es cuando la vida nos promete ese discurso modernista jamás cumplido y volvemos a caer nuevamente en ese creer ridículo de que las cosas se dan por que si.

Cuando comencé a darme cuenta que algo no andaba bien. Ha de haber sido hace un par de años, cuando las cosas estaban peores. Y aquí vuelvo a girar en 180; las cosas no se daban y el espacio – tiempo era por lo bajo incierto. Pensé, me senté tranquilamente y me dije: “chucha, las cosas no estén bien. Algo ha de cambiar” Y cambio. Bien.

Ahora estoy en la parte de la novela en que las cosas tomaron otros rumbos y me tranquilizo porque en verdad logré escabullirme. El asunto es hacía donde y la pregunta fundamental es si logré desalinearme.

Volvemos al principio con algo claro: Lo lineal desespera. ¿Por qué? Porque era la solución a algo no solucionado. Entonces ahora demostrado el fracaso de lo que en si debemos esperar, cabe preguntar hacia donde dirigir las pasiones.

No puedo evitar pensar en las mujeres casadas que me interesan, me han interesado o me interesaran. Esto porque la base social de una vida en si plena es la pareja estable. Claro también la familia y la propiedad privada, ¿pero no es lo mismo? Entonces por qué siempre ese ser intransigente se convierte en lo atractivo. Y no por mí. Trato que eso me quede claro como para disculparme cuando en el fondo sé que no le debo disculpas a nadie. Mas adelante quizás profundice en este tema.

Otro caso es aquellas personas que de tan heridas no quieren nada con esto que tan natural nos sabe a casi todos y su vida se vuelve un cinismo cíclico que lleva a en realidad no tener compromiso con nada. Demuestran la seguridad de enfrentarse a la vida con una convicción falsa y contradictoria. Con dos tragos en el cuerpo (o tres y algo para picar) te enseñan la transparencia de la abstinencia y la pureza de la soledad, y al otro día se encierran en el oscuro cuarto de la bella indiferencia. Esa es la belleza de jugar a ser si mismo en contradicción de ser bella con la verdad.

Lo anterior es la desesperación por el escape de lo lineal. La infinita necesidad de buscar ese algo distinto en alguien que se muestra diferente al resto y que desarrolla discursos que precisamente lo que buscan es llamar la atención.

Hay que tener mucho cuidado cuando se busca marcar la diferencia a lo anteriormente lineal. Se cae en esto que es depender de personas que no saben, o no entienden lo que uno está buscando, y que al fin y al cabo no es en lo absoluto culpa de ellas, si no de uno que de tan dolido extiende manos hacia cualquier lado sin saber que es lo que se puede llegar a tocar.

2 comentarios:

Mengana Utópica dijo...

te recuerdo,cómo no!!!



cosmicamente apareces!!


bienvenido

Priscila Fleming dijo...

MMmmm.... Nos conocemos? jajaja
bueno me parece por lo menos, interesante lo que escribes y describes.
Tu voz me suena familiar...
Pasé un poco tarde, pero me alegra haber leido algo tan compartido