viernes, 25 de septiembre de 2009

Las estructuras tienen su vida útil. Luego de un tiempo la fatiga de material es evidente, las ideas arquitectónicas que le dieron vida pasan a ser obsoletas y la lluvia que ha caído de tantas formas durante tanto tiempo, le cambia el color a las cosas que un día nos parecieron preciosas.
Estoy cansado creo que el físico y el alma ya no me permiten subir muy seguido, y el oxido en las articulaciones hacen que ya no tenga la misma libertad para pensar tantas cosas. Es verdad que muchas cosas no había que pensarlas tanto y fue así como conocí el amanecer desde tan alto. También supe cómo era la noche más oscura. Esas donde con suerte te ves la punta de la nariz y te desesperas y pateas y puteas. Pero ya nada de eso servía.
Ahora tampoco tiene sentido. Pero como me encantaría desesperarme, patear y putear, y sentir al fin que igual de algo sirvió. Cuando la azotea todavía eran esperanzas a uno siempre le parecía que estos detalles eran pasajeros que siempre subían al tren. Entonces la solución solo debía esperarse… y llegaba.
Siempre creí que debía mejorar muchas cosas de mí y hacerme una mejor persona. Siempre tuve que escuchar cómo una tras otras las personas que aparecían en mi vida “me mejoraban”. Después se alejaban contentas y con la conciencia tranquila de haber sido un aporte en mi vida, y yo el muy huea así lo creía.
Ahora, en el último tiempo me doy cuenta por qué pasaba eso. Soy económico para vivir solo necesito un poco de cariño y alguien que esté ahí. Entonces escuchaba cuanta huevada me decían y para mi todo estaba bien y les creía. Pero quien me cree a mí? Por qué siempre tengo ese tacto de tratar de no hacer daño a nadie pero sin embargo lo hago y me lo refriegan en la cara. Cuando sufro trato de hacerlo en silencio, de no contagiarlo.
En una semana perdí a dos personas importantes exactamente por lo mismo. Hago algo mal, las cago. Me arrepiento y pido disculpas. Quiero cambiar algo en mi vida y esperan que sea un santo de la noche a la mañana. No, nunca he sido un santo y nunca he creído ser una buena persona. Soy tan malo como cualquiera de ustedes a diferencia que lo reconozco. Me da rabia y pateo y puteo y me doy cuenta que el error fui yo. Ya!!!!!!!!!!!!!!!! Si las cagué. Puedes quererme y llegar a un consenso.
También soy de la vieja escuela que cree en los consensos.
Estoy cada día más fatigado de la vida.

1 comentario:

despojada dijo...

me gusta tu espíritu reflexivo...
te dejo cariños despojados